Los años fueron pasando, mis hermanos se casaron y se
marcharon de casa, excepto mi hermano mayor, había encontrado novia, querían
casarse pero el temor a dejarme en casa sola con ella era mayor.
Normalmente siempre era a mi hermana a la que le pegaba, mi
hermano mayor siempre intercedía en cada pelea para quitar hierro al asunto,
una vez que mis hermanos se fueron a sus propias casa, solo quedábamos mi
hermano mayor y yo. Desde entonces, las cosas cambiaron y no solo me
atormentaba el recordar cada paliza, cada insulto, cada desprecio hacia mis
hermanos, ya empezaba a gritarme a mi, a despreciarme, e incluso golpearme.
La primera paliza que me dio, fue por que suspendí en el
colegio. Yo daba clases particulares por las tardes, y al salir, me recogió mi
madre. La profesora le dijo a mi madre que tenía que hacer una redacción sobre
la familia, pero que yo no quería hacerla; al montarme en el coche me dijo ‘’ a
ti te enseño yo``. Me llevó a un bar, donde empezó junto a mi padre a beber
alcohol, y a jugar a las maquinas traga perras, yo tenía hambre ya que pasaron
las horas y yo seguía sin comer; en todas esas horas solo me miraba con cara de
enfado y seguía bebiendo, le pregunté que si podía cenar, que tenía hambre, y
ella me contestó que mas hambre pasaría cuando me dejara en la calle tirada,
por ser mala hija.
Seguían pasando las horas, y mi apetito era menor, empezó a
gritarme, y pegar golpes en la mesa, diciéndome que me metería en un internado,
sola, sin familia; me amenazaba diciéndome que cuando llegáramos a casa me
educaría, que yo estaba muy equivocada si quería hacer lo que quisiera.
No entendía nada, mi miedo aumentaba por momentos, el
corazón me latía a mil por hora (como ahora al recordarlo) , me temblaban las
piernas, y tenía miedo a llorar; para mi desgracia, nos echaron del bar en el
que estábamos, ya que mi madre no dejaba de gritarme y formar escándalo.
Llegamos al coche y me dijo que no me montara, que yo me quedaba esa noche en
la calle, para que aprendiera. Yo empecé a llorar y a temblar, no solo por el
frío que hacía esa noche, pensaba que me dejaría en la calle.
Mi padre, antes de subirse al coche me dijo que me montara y
me estuviera calladita. Mi madre peleaba, pegaba golpes en el volante, me
amenazaba diciéndome que nos estrellaríamos contra algo y la culpa sería mía;
cuando llegamos a casa, me dijo que ni se me ocurriera salir de la habitación;
vi el cielo abierto, pensando que ahí terminaría la noche; serían las 3 y media
de la mañana cuando llegamos de ese bar y me encerró en mi habitación, la cual
se había convertido últimamente en mi refugio, pasados unos minutos, abrió la
puerta, y me hizo señas con la mano para que me acercara a ella, yo, con miedo,
me acerqué, me agarró del brazo y me llevo para el salón, donde me sentó en una
silla y se sentó a mi lado; en un vaso de tubo puso un poco de seven up para
acompañar al JB que tenía dentro y bebió; el silencio era incómodo y eterno,
olía mal, su respiración era acelerada y de repente pegó un golpe en la mesa y
me miró a la cara con unos ojos vacíos y oscuros, haciéndome una pregunta, ‘’ ¿
tu te crees que yo soy tonta o que? ‘’ yo no sabía que responder, dije lo que
se me ocurrió: ‘’ no, mamá ‘’, cerró el puño y me dio un fuerte golpe en la
garganta, tirándome de la silla en la que estaba sentada; sentía que me costaba
trabajo respirar, me agarraba la garganta con una mano y me cubría la cara con
la otra para evitar los golpes, estaba encima de mí la notaba por el peso, pero
no podía abrir los ojos, no podía gritar, casi no podía respirar; ese momento
fue eterno, dentro de mi había un temblor que no podía controlar, mi padre la
quitó de encima de mí, mientras me gritaba ‘’ mira lo que has conseguido, vas a
matar a tu madre’’ , corrí hacia mi habitación y recé, empecé a pedirle a Dios,
a mis seres queridos, que por favor no volviera, y no volvió.
Me metí en la cama, me temblaba todo, me dolía cada rincón
de mi cuerpo, y sentía que por mi culpa todo aquello había sucedido; no quise
hacer la redacción sobre mi familia, ya que no sabía explicar que en mi casa no
era mi madre quien abrazaba, o te daba un beso si no que era mi madre quien
gritaba, te despreciaba, y te pegaba.
Mirándolo ahora se, que la culpa no es mía, que aquello no
me lo merecía y que no es forma de educar a ningún niño; al día siguiente,
tenía un hematoma en la garganta, mi abuela (mi vecina)vino a mi casa, al verme me preguntó que me había pasado, yo
le dije que mi madre se enfadó y ella entendió a la primera todo lo que quería
decir. Me dio una sopa de estrellas al ver que aún seguía temblando y se quedó
conmigo hasta que me quedé dormida.
Es injusta la situación, es injusto que te golpeen por el
simple hecho de estar bajo los efectos del alcohol, pero mas injusto es, que
pese a la paliza, tenga un padre la poca vergüenza de culpar a su hija de las
atrocidades que hacía su mujer. Eso es maltrato consentido, tu no pones la mano
encima, pero permites el maltrato; Aun no comprendo como un padre permite que
le hagan daño a su hija, yo no soy madre aun, pero pienso que el amor de un
padre o madre hacía su hijo es inmenso, y no tolerarías bajo ningún concepto
que nadie la dañe de ninguna de las maneras.
Esta fue la primera paliza que mi madre me dio, ojalá fuera
la última, pero no lo fue.